El propio edificio es el museo. La Pedrera es una de las obras que Gaudí regaló a la ciudad y se ha convertido en el segundo museo más visitado de Barcelona después de la Sagrada Familia.
Su fachada no pasa desapercibida para nadie ya que tiene uno de los exteriores más inusuales jamás construidos que dan a la ciudad un toque mágico y moderno.